Je tu il elle, 1974
Chantal Akerman
Bélgica

¿Por qué la elección?
Volver visible lo invisible y viceversa parece es una de las operaciones fundamentales sobre la que se sostiene el arte. Un juego de apariciones y desapariciones en el que los objetos del mundo, al exponerse o esconderse de la luz, son percibidos como si fuera la primera vez. La maestría en esta operación es lo que ha convertido a Chantal Akerman en una de las cineastas más importantes de la historia del cine. En esencia, ella es una cineasta radical porque su cine se adhiere a esta operación primordial. Una de las grandes revoluciones de su cine ha sido transformar parcelas enteras de la vida cotidiana femenina, consideradas "no cinematográficas" y, por lo tanto, desplazadas hacia la oscuridad, en la materia prima de sus obras.
Jeanne Dielman fue la película que canonizó este gesto, pero antes hubo una película en la que esto fue explorado con la misma potencia, sumándole cierta furia juvenil. Je tu il elle es una suerte de carta/diario fílmico en el que se narra un momento de desesperación generado por un amor que se cree no correspondido. Su nombre es elocuente; sin comas enuncia pronombres, como si estuviera dando una lección de gramática. En esa operación se resume la película: yo, la narradora; tú, la destinataria de sus cartas y la película; él, un camionero que la escucha y también le cuenta su intimidad; ella, que es también tú, pero, en cuerpo presente, se transforma en el verdadero objeto de su deseo.
David Oubiña ha dicho que el cine de Akerman se enfrenta casi siempre al dilema de no ser una película. Esta es una descripción justa porque es en el "casi" donde Akerman siempre encuentra el gesto preciso que salva el cine y la narración. Alguien podría decir que esta película no trata de casi nada, pero también tendría que decir que en ese “casi” se alberga uno de los momentos eróticos de mayor arrojo que alguien haya visto en el arte.
Ficha técnica