Wadjda (La bicicleta verde), 2012
Aifaa Al-Mansour
Arabia Saudita

¿Por qué la elección?
El debut cinematográfico de Haifaa–Al Mansour, es un coming-of-age que, como todos, relata el doloroso proceso de educación moral y sentimental de un personaje en el tránsito a la adultez. En este caso se trata de Wadjda, una chica cuya inocencia, sinceridad y desparpajo la hacen insoportablemente rebelde para sus familiares. Su vida se debate entre su terca voluntad de relacionarse en igualdad de condiciones con los hombres y la incesante presión que ejercen sobre ella su escuela y familia para moldear su comportamiento al de una mujer sumisa. La pequeña Wadjda va descubriendo una serie de normas, para ella profundamente injustas y desiguales, a las que debe someterse una mujer devota. La película usa como móvil su deseo de conseguir una bicicleta, objeto prohibido para las mujeres en la cultura saudí, prohibición basada en la preservación de la castidad femenina.
Hay una clara influencia de El ladrón de bicicletas de Vittorio de Sica. No solo por el hecho evidente de que el leitmotiv de ambas películas sea una bicicleta, sino también por el modo en el que ellas se relacionan con la realidad. Similar a De Sica, que usa su trama como excusa para mostrar una nueva realidad social, Al-Mansour encuentra en su historia el elemento para examinar un entorno cultural y religioso sumamente hostil, que se empeña en someter a las mujeres, reglando cada aspecto de sus vidas en sociedad, aplanando cualquier intento de ellas por forjar una identidad autónoma. La directora encuentra en la bicicleta el símbolo de los privilegios a los que pueden acceder los hombres, y que funcionan como el origen de su superioridad social. En efecto, el interés de Wadjda en obtener una bicicleta no tiene una motivación diferente a la de poder jugar en igualdad de condiciones con sus amigos varones.
Ficha técnica