Foto: Banco de la República
Histéricas, 1968
Feliza Bursztyn
Colombia
¿Por qué la elección?
Porque con chatarras y metales, la serie Histéricas logra la forma orgánica perfecta para semejar la figura antropomorfa y representar de manera irónica y crítica la histeria como lugar común otorgado por el patriarcado al comportamiento de las mujeres. Los objetos que conforman la serie están soportados por un armazón de cintas metálicas dobladas que quedan suspendidas en el espacio y un motor de tocadiscos que impulsa sus movimientos y choques convulsivos, sonidos y vibración. Ruido mecánico incesante emana de Histéricas, cuya finalidad no es otra que la de perturbar al espectador, como perturba la “mujer loca”, la histérica, a la sociedad patriarcal.
Estas esculturas animadas convierten a Feliza Bursztyn (1933-1982) en pionera del arte cinético en Colombia y simbolizan la liberación femenina frente a la cultura machista tanto en la forma, al utilizar en su propuesta instrumentos y materiales de uso masculino, como en el fondo, con el desarrollo de contenidos desafiantes y transgresores que apuntan no a una contemplación estética apacible, sino a inquietar y producir reacción. Con estos objetos, especie de seres femeninos productores de ruido, en Histéricas Bursztyn crea una obra “antiestética,” –la antítesis de los ideales de belleza y armonía establecidos–, para despertar conciencia sobre la forma como es percibida la mujer y sobre los estereotipos tejidos a su alrededor.
El contexto político y social de los años sesenta y setenta en Colombia, que la hizo víctima de la represión y la llevó al exilio, nutrió e impactó de manera decisiva su obra y consolidó el legado de un trabajo crítico en el que Histéricas es un ejemplo más de su inigualable ironía.
Ficha técnica