¿Por qué la elección?

Porque Las delicias transforma el gesto femenino de ocultar el llanto con las manos en símbolo de la tragedia humana que ha dejado la violencia en Colombia. Esta serie de Beatriz González (1938) está inspirada en la movilización a la Plaza de Bolívar realizada por las madres de los soldados secuestrados y muertos tras la toma de la base militar de “Las Delicias” por parte de la guerrilla. La obra completa está compuesta por treinta y cinco pinturas de mujeres. En algunas utiliza como referente fotografías de prensa de las madres y en otras usa una fotografía suya con las manos en la cara. Así González decide pintarse a sí misma e incluir en la serie un autorretrato que titula Autorretrato, desnuda llorando para, según sus palabras, ser testigo de lo que pasa en el país y convertirse en “el escarnio del dolor”.

Beatriz González es uno de los nombres más importantes de la historia del arte latinoamericano y una de las artistas fundamentales del arte contemporáneo en Colombia. A través de múltiples formatos, y con frecuencia inspirada en fotografías de prensa y los medios masivos de comunicación, su producción artística aborda la estética de la cultura popular colombiana, la reinterpretación de obras de la historia del arte occidental, los símbolos religiosos, la crítica irónica y la burla sociopolítica, caracterizada por una gran irreverencia y humor.

El humor, sin embargo, desaparece después de los eventos del Palacio de Justicia, en 1985. Beatriz González afirma que este es un momento de quiebre para su trabajo. El eje de su arte cambia: las víctimas de la guerra pasan a ser el centro de su obra y el dolor el sustrato de su crítica. Este giro, plausible en Las delicias, apunta a remover la naturalización de los horrores de la guerra, impactando la memoria y la conciencia colectiva a partir de imágenes que tocan la emoción del espectador. Las delicias es la representación del sufrimiento de las mujeres, –madres y esposas–, principales sobrevivientes de la violencia en Colombia. La serie es el retrato coral del lamento y la desolación que han dejado sesenta años de conflicto armado.