¿Por qué la elección?

Con un humor fresco y un ritmo desenfrenado, Tangerine cobró relevancia por construir una pequeña historia de amistad sólida y divertida, protagonizada por dos chicas trans afroamericanas. Sin-Dee Rella, trabajadora sexual, acaba de salir de la cárcel en las vísperas de la navidad, después de cumplir una sentencia de 28 días. Su amiga Alexandra revela accidentalmente que el novio y proxeneta de Sin-Dee, Chester, la ha estado engañando con una mujer cisgénero, y allí mismo se desata la enloquecida carrera por encontrar a Chester y a su amante. Aunque la principal característica de la película sea ese ritmo vertiginoso, rudo y audaz, son los momentos más delicados y tranquilos, habitados principalmente por Alexandra, aquellos que se imprimen con ternura y afecto en nuestra memoria.

Elegimos Tangerine porque nos recuerda la importancia de la diversidad de representaciones en las artes, tan ausente en el cine hegemónico y comercial. A pesar de las limitaciones presupuestarias (¡imposible dejar de lado que fue filmada con teléfonos!), y gracias a un gran trabajo de post producción, esta película entrega imagenes bellas y vibrantes de una Hollywood contemporánea, queer y suburbana.